NOVIEMBRE
Tecomate, guaje, acocote, bule, calabaza del peregrino
Lagenaria siceraria
Se trata de una planta tropical perteneciente a la familia Cucurbitácea, que incluye a las calabazas. Es conocida en varias regiones de México como tecomate, guaje o bule. Se piensa que es originaria de África, donde ha sido cultivada desde el Neolítico para utilizar su fruto, de gran dureza, como recipiente para diferentes líquidos (agua, leche de cabra y vino principalmente), semillas y como ornamento. Posteriormente, con las grandes migraciones de animales y de los grupos humanos, pasó a Asia y América donde además se utiliza en medicina tradicional, como alimento, para la fabricación de instrumentos musicales, en ritos y ceremonias religiosas y más. En tumbas egipcias se han encontrado restos de tecomates de 3,500 a 3,300 a.C., en entierros peruanos fechados en 3000 a.C. y en cuevas de México de aproximadamente 7,000 a.C. Actualmente es una especie asilvestrada pero que aún se cultiva como parte de las milpas.
El nombre del género Lagenaria deriva del latín, donde esta palabra significa “matraz” o “con forma de botella”.
Es una planta rastrera con tallos y zarcillos que también le permiten trepar. Tiene hojas pecioladas, anchas, acorazonadas y lobadas, de color verde oscuro con motas más claras en varias de hojas. Produce flores blancas mayores a 10 cm de diámetro. Los frutos (llamados pepónides) son bayas con un ovario se desarrolla en la base del fruto y que toman formas variadas: alargadas, con panza ancha, chica o aplastada, con cuello largo y doblado, etc. Miden hasta 60 cm de largo y son de color verde brillante cuando están maduros, aunque cambian a verde claro y a marrón cuando se secan. No se conoce con certeza si su tamaño y caprichosa forma son producidos por la enorme variabilidad genética en las semillas, o si esto es el resultado influencias ecológicas microambientales, por ejemplo, la exposición a la sombra, al sol o al viento. La pulpa es blanquecina-verdosa, entremezclada con fibras y numerosas semillas negras. Frutos y semillas son ricos en niacina y riboflavina.
En la medicina tradicional mexicana se usa contra los parásitos intestinales y otros padecimientos digestivos. En la sierra de Guerrero se construían pujaderas de bule para atraer a los jaguares machos, simulando el ronquido de las hembras y poder cazarlos. Con relación al mes de noviembre, entre los usos más curiosos de los tecomates destaca la antigua costumbre española de los “pantasmas” (fantasmas), que eran personas tapadas y disfrazadas de blanco, que salían de noche para asustar a la gente. Solían llevar una de estas calabazas agujereada, en la cabeza y con una vela, con lo que atemorizaban a las personas, especialmente a los niños.
En el Jardín Botánico puedes conocerla y apreciarla muy de cerca, creciendo extendida en la milpa.