Planta del mes 

NOVIEMBRE

Salvia mexicana

Salvia azul, Tlacote, Chinamel

Cuando noviembre pinta los paisajes de tonos ocres y el aire se vuelve más fresco, la Salvia mexicana irrumpe con espigas florales de azul intenso que desafía la ausencia de los colores del verano. Esta planta perenne, originaria de México, pertenece a la familia Lamiaceae y se ha ganado un lugar especial en jardines, bordes de caminos y espacios restaurados por su porte majestuoso, su floración otoñal y su generosidad con los polinizadores.

Puede alcanzar hasta 2.5 metros de altura, con tallos erguidos y hojas verdes de textura suave. Sus flores, dispuestas en espigas verticales, varían del azul profundo a púrpura, y emergen desde brácteas que a veces contrastan en tonos más oscuros. Esta arquitectura floral no solo es visualmente impactante, sino también funcional: atrae colibríes, abejas y mariposas que encuentran en ella alimento en una época en que muchas otras especies han dejado de florecer.

La Salvia mexicana prefiere suelos bien drenados y exposición solar parcial. Es resistente a periodos secos y se adapta bien a climas templados y subtropicales, lo que la convierte en una aliada ideal para proyectos de jardinería ecológica, restauración urbana y educación ambiental. Su floración en noviembre ofrece una oportunidad única para hablar de resiliencia vegetal, ciclos estacionales y biodiversidad persistente.

  

   

Más allá de su valor ornamental y ecológico, esta salvia tiene usos tradicionales en la medicina herbolaria, donde se le atribuyen propiedades digestivas y relajantes. Su presencia en el paisaje mexicano es también un recordatorio del vínculo profundo entre las plantas y las culturas que las han cuidado, nombrado y celebrado por generaciones, es decir, con lo que se ha dado en llamar, de manera rimbombante, “etnobiología”.

La floración otoñal de Salvia mexicana no ocurre en soledad. Su azul profundo convoca a una red de vida que se activa justo cuando el calendario parece anunciar el descanso. En noviembre, esta salvia se convierte en un oasis para polinizadores que aún buscan alimento antes del invierno. Sus polinizadores aliados son colibríes, que son atraídos por la forma tubular de sus flores y que encuentran en Salvia mexicana una fuente confiable de néctar; abejas nativas (Melipona, Trigona), que visitan sus espigas florales en busca de néctar y polen, contribuyendo a la polinización cruzada, y mariposas, entre ellas Rekoa palegon y Anartia fatima pueden coincidir en hábitat y temporada.

La floración de Salvia mexicana puede representar la fuerza silenciosa de lo que florece cuando todo parece apagarse. Es una invitación a mirar con atención, a reconocer la belleza que no compite, y a celebrar la biodiversidad como un proceso continuo, incluso en los meses más discretos del calendario.

Conoce a esta discreta pero hermosa e importante planta frente al Edificio A del INECOL y en el Jardín Formal del Jardín Botánico Clavijero.

Fotos tomadas con fines de comunicación pública de la ciencia de:

es.wikipedia.org