
El pasado domingo 16 de noviembre, la Colección Nacional de Bambúes Nativos de México, resguardada en el Jardín Botánico Clavijero del INECOL, celebró dos décadas de vida. Veinte años de descubrimientos, aprendizajes y encuentros con el mundo fascinante y enigmático del bambú: una planta milenaria, venerada en Asia y utilizada en México desde tiempos prehispánicos.
Durante este tiempo, la colección no solo ha sido un espacio de investigación, sino también una escuela viva. Generaciones de estudiantes se han formado aquí, convirtiéndose en técnicos y científicos comprometidos con el conocimiento y la conservación de nuestra rica bambúflora, en beneficio de la sociedad.
La ceremonia inaugural estuvo a cargo del M. en C. Víctor Elías Luna Monterrojo, quien encabezó la siembra de una nueva especie de bambú. La Dra. Teresa Mejía-Saulés anunció que su nombre científico será dedicado al Jardín Clavijero, sumando así un motivo más de orgullo a este reconocido Jardín Botánico. Hoy la colección alberga 66 especies mexicanas, de las cuales 45 son endémicas, y ha sido cuna de 27 especies nuevas descritas para la ciencia. Única en Latinoamérica, esta colección es testimonio de la riqueza y diversidad de nuestros ecosistemas.
La celebración incluyó un abanico de actividades que acercaron al público al universo del bambú:
- Talleres de cocina con bambú (Chef Crunch y Dr. Rogelio Macías) y propagación (Ing. Carlos Aldair Zárate).
- Manualidades y juegos creativos (Instituto Villa de Cortés, M. en C. Maldonado y Biol. Chávez).
- Demostraciones de propiedades mecánicas (Dr. Raymundo Dávalos y Biol. Salazar).
- Visitas guiadas a la colección (M. en C. Víctor Luna).
La ExpoBambú reunió artesanos y productores de distintas regiones: desde Huatusco con BambuVer, Monte Blanco con Bamboo Ecofriendly, Teocelo con el trabajo del Sr. Eduardo Limón, hasta Tlaxcala con cosméticos (Orunitlax), productos medicinales (Clínica Alaya Roshan) y regalos personalizados (La Zarza).
El broche de oro fue un deleite inesperado: la primera degustación de helado de bambú, creación de La Morada Verde, que sorprendió y encantó a los asistentes.
Así, entre ciencia, tradición y celebración, la Colección Nacional de Bambúes Nativos de México reafirmó su papel como un espacio único donde la investigación se convierte en experiencia, y el bambú en símbolo de vida, memoria y futuro.




