Planta del mes 

FEBRERO

Piñuela

Aechmea fasciata 

La Aechmea fasciata, llamada también piñuela, bromelia de plumas o planta de urna, es una planta de la muy abundante familia de las bromeliáceas. Esta originaria de América Central y del Sur. Es sumamente rústica y de fácil cultivo. La planta tiene un aspecto exótico e interesante, que en su hábitat natural es epífita, es decir que crece sobre otras plantas, sobre todo árboles. Por su facilidad de cultivo, es comúnmente usada como planta de interior. Incluye a más de 140 subespecies de bromelias.

Esta bromelia tiene hojas en roseta, de color verde-gris con rayas transversales y borde espinoso que forman una “urna” que colecta el agua de la lluvia y la dirigen al centro de la planta. De este centro surge un conjunto de brácteas (hojas modificadas) que es de un vistoso color rosado. A su vez, de este conjunto surge una inflorescencia con forma de espiga, que alcanza una altura de hasta 40 centímetros. Cuando madura, cada roseta produce una sola espiga.

Las flores en realidad son muy pequeñas y azuladas, creciendo en la inflorescencia. Este conjunto floral es su principal atractivo y, aunque la inflorescencia rosada dura hasta seis meses (las flores duran mucho menos), la Aechmea fasciata sólo florece una vez, después de lo cual la planta muere. Durante este tiempo, la planta se propaga produciendo hijuelos laterales.

  

Al ser plantas epífitas, estas plantas pueden utilizarse también en jardines verticales. Los ejemplares de esta especie necesitan lugares con exposición protegida del sol directo, con humedad y calor (20°C a 30°C) y, ya que son epífitas, los suelos deben imitar las características de la corteza de un árbol, por lo que idealmente debe ser una mezcla de partes iguales de arena, turba, mantillo de hojas, corteza y musgo, muy permeable. No suelen ser atacadas por plagas y enfermedades. 

Se afirma que la Aechmea fasciata es una planta protocarnívora, es decir que sus hojas funcionan como “trampas de caída”, en la que varios insectos al posarse en ellas, resbalan y caen las reservas de agua colectada, y una vez allí mueren; es probable que sus restos sirvan a la planta para obtener proteínas y otros nutrientes.