Planta del mes 

NOVIEMBRE

Hierba de la pastora, salvia de los adivinos

Salvia divinorum

En esta ocasión presentamos una planta muy interesante que pertenece al grupo de las plantas llamadas “plantas mágicas”, la hierba de la pastora o salvia de los adivinos, cuyo nombre científico es Salvia divinorum

Se trata de una planta herbácea, originaria y endémica de los bosques mesófilos de montaña de la Sierra Madre Oriental de Oaxaca, en la zona mazateca de México, donde crece a unos 1200 msnm. En este lugar le llaman en idioma mazateco, ska Pastora o ska María, en alusión a la Virgen María. 

Es una planta perteneciente a la familia Lamiaceae, uno de los grupos más numerosos del mundo de las plantas, que además de Salvia, incluye a los conocidos géneros Plectranthus, Thymus, Ocimum y Mentha, entre muchos más. 

Salvia divinorum tiene grandes hojas verdes, y a veces dentadas que miden de 10 a 30 cm de largo. Tienen un peciolo muy corto y presentan una ligera pubescencia (pelitos) en la superficie. Sus tallos son huecos y cuadrados y pueden alcanzar un poco más de 1 metro de altura. Cuando, debido al peso del follaje, estos tallos se rompen y caen al suelo, es muy frecuente que echen nuevas raíces en los nudos y entrenudos.

Las flores, que rara vez aparecen, crecen en forma de espiral en inflorescencias con 6 flores blancas, curvadas y cubiertas de pelos, con un cáliz violeta pequeño que está cubierto de pelos y glándulas. En su hábitat nativo, lo hace desde septiembre hasta mayo.

 

  

La hierba de la pastora es una planta psicoactiva que ha sido utilizada desde tiempos prehispánicos para crear estados alterados de consciencia. Lo que los chamanes y curanderas buscaban, y aún buscan, es crear puentes que comunican el plano en el que existimos con aquellos donde se mueven la divinidad y demás dioses y diosas, todo ello vinculado a la tierra y que era -y sigue siendo- aprovechado para que aflore el conocimiento y comprensión (es decir, para “adivinar”) de lo que permite curar enfermedades físicas y espirituales.

Los rituales de curación son una muestra cultural del respeto hacia la naturaleza, pues para que funcionen, sólo pueden colectar los ejemplares silvestres necesarios, cuidando la manera de cortarla y dejando el resto de la población, entre otras cosas porque es considerada una manifestación de la Virgen María. Las personas que son curadas se adormecen y entran en un éxtasis breve con alucinaciones introspectivas y sensibilidad a la luz.

¿Adivinas dónde está en exhibición esta interesante planta? ¡Bien! Visita la Colección Etnobotánica de nuestro jardín y apréciala.

 

 

Fotos tomadas , para usos exclusivos de comunicación pública de la ciencia de:

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